LuGar De PalaBRaS y CoMPaÑiA

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LA bIEnVeNIDa

Las palabras a veces sobran, pero este es un lugar donde se las puede depositar a todas, las que consideren de más o quizá buscar aquí algunas que tengan en falta.

Claro de más está decir que si vienen acompañadas de pulgas son más que bien recibidas....

Bienvenidos al tren, patas en el barro y a escribir....!!!!!!!!!




miércoles, 17 de marzo de 2010

UNA BELLA HISTORIA



Siempre hay algo lindo para contar,esta vez las palabras llegan de Uruguay, la localidad de Durazno, bello, hermoso, maravilloso Uruguay, con sus paisajes, su comida y su gente tan amable, y aquí una de sus historias-leyenda...fantástica como tantas otras, la comparto con ud.

La historia del perro "Gaucho"

En la década de 1960 y primeros años de la siguiente transitó por las calles de Durazno "El Gaucho", transformándose en verdadera leyenda viviente para los vecinos de nuestra ciudad como para los visitantes que tomaban conocimiento de su historia, ya que por su nobleza fue muy conocido y querido por el pueblo de esta ciudad.
Su dueño lo llamó "Gaucho", ambos vivían en la localidad de Villa del Carmen, y fueron muy unidos. Un día el amo se enferma y debe ser trasladado a Durazno para ser internado en el Hospital Dr. Emilio Penza de una enfermedad grave.
Fue entonces que el Gaucho quedó solo y se largó a caminar por el camino que recorrió su dueño. Cruzó bañados y arroyos, recorrió mas de 50 kilómetros de distancia hasta que llegó al lugar donde se encontraba su dueño internado, allí se quedó acompañándolo sin alejarse del lugar, porque él era su amigo de la vida. Los vecinos y personal del hospital lograron conocerlo por su inseparable presencia, su gesto de nobleza y sin rebeldía.
Cuando al tiempo de internación el amo fallece, en la sala se escucha al Gaucho llorar con remordimiento al igual que días atrás cuando su dueño se quejaba de algún dolor que sufriera.
Es aquí cuando se le ve el mayor gesto de nobleza y buen amigo para el hombre, porque aquel perro de pelo casi oscuro y de ojos tristes lo acompañó durante su velatorio y hasta el lugar donde recibiuría santa sepultura.
Mas de 30 días el Gaucho custodió aquella sepultura para luego salir en las mañanas a recoger algún alimento que el pueblo le brindara. Recorría calle Rivera, Plaza Artigas, La Picada y algunas veces 18 de Julio, para volver de tarde otra vez junto a la tumba de su dueño allí en el Cementerio.
De esta manera vivió mucho tiempo, haciéndose querer por la gente y los niños. Pero la vida a él también se le termina, es hallado en las proximidades de la Plaza Sainz en el Barrio Varona ya sin vida, dejando para Durazno una rica historia de amigo fiel.
El pueblo de Durazno le ha rendido su merecido homenaje labrando un monumento en bronce para que jamás sea olvidado, el que se encuentra al frente del cementerio local.

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